lunes, 13 de enero de 2014

De otros y de Musicólogos



     A propósito del artículo que anda circulando en internet de Aquiles Baez y de las experiencias que he tenido en estos últimos meses, reafirmo una inquietud que desde hace tiempo me aturde, tiene que ver con todo el ámbito de la música venezolana.

     En el artículo del maestro Baez, trata la problemática de la música venezolana y su difusión en el mundo. Hay un punto principal que él trata: el desconocimiento de los propios venezolanos acerca de su música, y para mí, una de las causas importante de esto son los musicólogos.

     La mayoría de los “géneros” conocidos mundialmente han tenido un profundo trabajo de recolección, investigación y organización, factores que, le que proporcionan valor a dicho género.
Él menciona que, por ejemplo, al flamenco, el cual ha alcanzado un nivel de difusión mundial muy grande, y  en esto me gustaría resaltar que en varios sitios de España, sobre todo en Andalucía, de donde es principalmente oriundo el flamenco (sin caer en tergiversaciones teóricas), existe la especialización de flamencología, que si bien está en definición si guarda o no relación con la musicología (por cuestiones puramente de terminología, porque en materia teórica está claro que la guarda), cumple el papel de estudiarlo, lo es un punto a favor de la preservación y trascendencia del género. 

Dato Histórico
     En la historia de la notación musical hay muchos aspectos de tiempo y espacio a tomar en cuenta para realizar una línea en la evolución de la misma, una de las formas coloquiales en la historia musical más fácil y corta para definir un poco lo que sucedió es que uno de los motivos que llevó a la notación musical  escrita fue poder trasladar la música que se tocaba de un lado a otro, y de un momento a otro momento, lo cual a pesar de ser una explicación vaga, tiene sentido.
      Asimismo la notación musical occidental (entiéndase por esto referente al occidente europeo), se terminó de consolidar con la invención de la imprenta de Petrucci ya que los músicos tuvieron más o menos que ponerse de acuerdo con ciertos convencionalismos para poder reproducirla y así llegar a las masas.

Secuencia en el proceso de creación 
Muro, Cateri; 2008-2012

     Cuando hay un acto voluntario producido por una necesidad bien sea de comunicación, catarsis o religión y este acto es funcional, por gusto, por cometido, por tradición, se necesita de alguna forma organizarlo para poder ubicarlo y acceder a él cuando sea necesario y deseado.
     Me remito a todo esto para mostrar la importancia que tiene el hecho de investigar, estudiar, organizar al “género”, probablemente se caiga en etiquetas para poder lograr algún tipo de organización, pero éstas deberían servir para ubicarlo y no para quitar, debilitar ni enmascarar la identidad del mismo.
     Aunado a esto, todo el proceso debe quedar registrado por escrito, es la forma más “consistente” de perpetuar.
Es importante destacar en esto, como bien lo plantea Saussure en sus cuadernos de anotaciones de investigación anagramática, que en la leyenda cuando hay lagunas el símbolo empieza a sufrir transfiguraciones para poder subsistir, en ningún momento sugiere que el símbolo sea fijo, pero la variación debe hacerse dentro de ciertas delimitaciones que, la laguna no lo permite. Estas vicisitudes pasan en cualquier sistema de símbolos, como por ejemplo los de una lengua y en este caso, la del “género” objeto de estudio. (1)

     Otro aspecto importante de la escritura es que por ejemplo las transcripciones y “arreglos” de muchos géneros de la música venezolana denotan implícitamente dos factores:
1.El transcriptor o arreglista no tiene suficiente preparación teórica musical para poder, en el papel, dejar un trabajo fidedigno al que está escuchando o probablemente ejecutando.
2.La poca importancia que se le da a nuestra música es demostrada en el poco interés por hacer arreglos dignos, remarcando la falacia que por ser venezolana “popular”* o “folclórica”* es fácil y no hay mucho que hacer.

Músicos y musicólogos
     Desde que estaba en el bachillerato pensaba qué estudiar, siempre me gustó la musicología, recuerdo cuando revisaba los pensum de la antigua IUDEM hoy UNEARTE, y me enamoré sin remedio.
    
     Sin embargo, cuando me gradué de bachiller ya esos planes de estudio no existían porque había pasado a ser UNEARTE. Mi única opción en el momento era la UNICA en mención musicología.

     Entramos 4 y fue por error. La carrera estaba a punto de cerrarse por falta de alumnos (y falta de promoción por parte de la Universidad), prácticamente estaba cerrada y el que inscribió al primero de los 4 fue por error, y como llegamos 3 más peleando para que nos inscribieran, se salvó la mención. El cuento es un poco largo, prometo otro escrito para contarlo bien, la cuestión es que ahora hay gente estudiando esta mención o por no ver educación de la voz o porque quieren el título y ya, y esta mención por ser mayormente semipresencial a diferencia de la otra, se presta para esto. 

     El caso es que, se ha creado un abismo entre “músicos” (carrera de música sin mención) y “musicólogos”, los primeros simplemente son ejecutantes geniales que sólo se dedicarán a eso, como operadores de máquinas. No piensan. Los que piensan son los musicólogos, los capaces de notar la importancia de un objeto a estudiar, y “los que leen” e “investigan” ese poco ‘e “paja”.
Por esto también han caído en que los musicólogos son músicos frustrados. Vaya usted a saber qué sería de esos geniales operadores de máquinas sin los frustrados musicólogos.

     Siempre hay quien denigra a cualquier gremio, pero si ven en la historia los musicólogos han sido ejecutantes, directores y compositores importantes. Como Bartok, Savall, Burney entre otros tantos que por el contrario en la composición, dirección y ejecución consiguieron una forma de difundir su trabajo.

     Por esto cuando al principio menciono que uno de los responsables de la actual situación de la música venezolana son los musicólogos aunque no dejo exento de responsabilidad ni a los músicos ejecutantes, directores institucionales y artísticos ni a los compositores y pedagogos. Ya que por ejemplo, en un repertorio instrumental (yéndonos a un área específica como esta) no hay un seguimiento pedagógico ni compositivo de la música venezolana. 

Desunión
     Pareciera que estuviésemos inmersos en un uróboros, un círculo vicioso de responsabilidades, no busco con esto echarle la culpa a nadie, precisamente uso la palabra responsabilidad, la habilidad de responder ante una situación, y el fin de esto es hacer reflexionar de los roles de cada quien. Hacernos todos unos exámenes de conciencia, dejar la queja, y accionar, reaccionar-proaccionar, y repercutir.
     Hay varios personajes dispersos haciendo algún tipo de trabajo musicológico, algunos sin contar con los recursos suficientes en materia musical, sólo porque están en ese contexto y saben la importancia del mismo, como por ejemplo el repentista Víctor Hugo Márquez, con quien tuve el placer de compartir, así entre otros tantos nombres, que prefiero reservarme.
     No se puede esperar que las instituciones que ni deben saber que es la musicología crean espacios para el trabajo. Hay que gestionarlo, mostrar la importancia. 

Aretz
     Un ejemplo de esto fue Juan Liscano que logró crear en la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación el departamento de Servicio de Investigaciones Folclóricas Nacionales a finales de 1946, donde a partir de allí Isabel Aretz y Luis Felipe Ramón y Rivera emprendieron un trabajo fuerte, luego se crearon otras instituciones especializadas INAF (Instituto Nacional de Folclore), INIDEF (Instituto interdisciplinario de etnomusicología y folclor), donde tenían departamento de capacitación para el personal. Estos, por nombrar algunos. Por razones políticas estos institutos luego de una intermitencia desaparecieron y terminó en una fundación sin fines de lucro promovida por Aretz y Ramón y Rivera como hasta 1995 (claro, ya ellos podían darse el lujo de llevar la fundación sin fines de lucro). Pero nosotros no, necesitamos centros de trabajo (cabe destacar que hay muchísimo trabajo por hacer), porque hay muchos profesionales formados, y en formación, que si bien muchos estudian la carrera por las razones nombradas anteriormente, hay otros talentosísimos que estoy segura que harían el trabajo que hace falta y harían una excelente labor.

Centralismo
     La única fundación que se conoce nacionalmente es la FUNVES, en Caracas, y no voy a acotar más que en su afiche de compositores venezolanos son muy pocos los compositores que figuran allí que no sean caraqueños o haya ejercido su mayor trabajo allá. 

Coda
     Los musicólogos somos pocos y no nos conocemos, a diferencia de algunos círculos de ejecutantes, que quizás por lo muchos que son están más regados. Pero nosotros debemos buscar la forma de crear lazos precisamente por lo poco que somos. Puede que esté en una perspectiva idealista,  pero, la fuerza está en la unión, no hay pa' donde agarrar.

     Si 4 personas no se hubieran unido y persistido a seguir, probablemente la carrera ya no existiría, así que algo se hace, algo se puede.


(1)  Starobinski, J (1996). Las Palabras bajo las palabras. Barcelona: Gedisa.


*En cuanto a los términos popular y folclor hay ciertos debates y diferenciaciones pragmáticas. En el caso me refiero a ambos desde sus actuales perspectivas.

7 comentarios:

  1. Excelente publicación, entiendo tu frustración para quienes nos (me incluyo) metimos en esta carrera para sacar el titulo y ya simplemente porque somos ejecutantes, y no tenemos tiempo de estar yendo a la universidad a ver clases presenciales porque lamentablemente en este pais el músico que no trabaja se muere de hambre, sin embargo, aplaudo tu cosquilla por decirlo así de querer ser investigadora!! ademas de ser excelente pianista, un beso amiga...

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    1. Hola Javier, gracias por leer. Lo que digo es que todos desde donde estemos podemos hacer algo por nuestra música venezolana. Saludos :)

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  3. Hola, caí en tu artículo por azar, y me llamó la atención!. Me llamo Ivette,y soy musicóloga y clarinetista profesional, soy venezolana pero estudié en Paris, ahora vivo recien en Caracas. Si te interesa realizar algo en conjunto, estoy a la orden. Tengo también un blog www.ivetteadlibitum.wordpress.com Saludos!

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    1. Un placer Ivette, gracias por leer. Me encantaría hacer algo. Pasaré por tu blog :)

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  4. Excelente reflexión, además con un plamenteamiento objetivo y sincero.
    ¡Gracias por compartirlo!

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