Desde que se han trazado las diversas relaciones del origen de la
música, ésta ha formado parte intrínseca del hombre. Es quizás, por su carácter
efímero y por su lenguaje abstracto que tiene una relación inminente con
lo mítico, incluso trascendiendo las variaciones que pueda haber en el mito o
la relación con lo sagrado, bien sean pragmáticas o de otra índole, como por
ejemplo, el tiempo y el espacio.
Si
bien como géneros literarios la fábula, el mito y la leyenda se diferencian
entre sí, entre la enseñanza, la explicación y el heroísmo, respectivamente,
hay un factor que los une: la metáfora. Este factor puede hacer que en cierto
punto estos géneros lleguen a convergir para luego divergir.
Por
ello, la fábula guarda una relación mítica con lo fantástico y a veces onírico, sin perder su
esencia en las características propias del género literario.
Esto
hace referencia a que la música está ligada a ese carácter fantástico,
indivisible de sí misma, y la literatura, que existe para sí misma, en su
carácter subjetivo, encuentra en la música, -como la música en la literatura-
una relación de misteriosa complicidad.
Semiológicamente
el código extralingüístico
que pueda representar la música y la fábula cada una por su lado, logran la
convergencia perfecta para expresarse una a la otra, sin caer en la evidencia
de los elementos, ya que esa misteriosa relación, no debilita los elementos de
cada una, por el contrario, los enriquece, dándole paradójicamente una fuerza
sublime.
Entonces,
¿se estaría hablando de la música en la fábula? o ¿de la fábula en la música?
Se
podría decir que se habla de música y fábula,
sin buscar a uno en el otro, sino, darse cuenta que los elementos aislados son
simplemente un lenguaje, y el discurso está en la unión de estos, los elementos
inertes que están escondidos en la estructura profunda del lenguaje de cada
uno, florecen en la combinación de ambos, siendo así un alimento recíproco en
la unificación del discurso y la expresión.
grazie
ResponderEliminar