Hablar de
la filosofía de algo, de la PNL para algo o alguien, es caer en la trampa de la
semiótica, ese pequeño y grande mostrito del color que vos queráis, que se va
transfigurando, cada vez que caéis en su juego..
La filosofía
es para todo, la PNL es para todos, y
ahí tenéis como la dichosa reina del plural hace cambiar totalmente el
sentido de objeto a sujeto. ¿O será que
somos eso? Cosas que vamos creyéndonos personas, personas que vámonos creyendo
cosas. Pero las cosas no creen, eso creéis vos.
Te
gustaría hablar como queráis pero sabéis que así la gente no se entera,
entonces tenéis que ir a la orilla por ellos y llevártelos pa’l fondo, así
aprendí yo a nadar.
Entonces
hay cosas que no están tan mal, ¿mal con respecto a qué?, a veces es necesario caer
en la transfiguración semiológica para ubicarse en contexto, se necesita de la
pragmática, de la proxémica, del sin texto, del máticos de los prag, de la
xémica.
Pero y
la etimología, esa es otra, como decía el poeta, las perras negras.
Entonces,
la etimología, sí, el significado es lo que le damos ¿pero acaso el
significante no viene del significado? ¿No viene de querer una imagen acústica
para poder comunicarte a vos lo que ambos sabíamos pero sin nombre?
Vos podéis
mirar, sí, porque si veis no me vais a entender. Vos podéis mirar y entones sí, eso que miráis tiene muchas
perras negras detrás.
Que no
es lo mismo, y que no es lo mismo, y la polisemia y los sinónimos. Una vez me
dijeron que no fuera tan necia con aquello de oír y escuchar, ¿y si para una
persona oír es escuchar? El problema, o
asunto, o situación es que no entendemos la carga de una palabra.
Una palabra
es como una persona, una letra es como una célula, tiene una historia, una
memoria, un anclaje, una energía, un proceso, una carga emocional, social,
mental, intencional, sea consciente o no, la memoria colectiva, el colectivo
celular. Adán cromosómico, Eva mitocondrial.
Ahora ando
en esos rollos de dependencias dicotómicas.
literatura para intelectuales?
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