Fui,
por algún lado fui, caminé, para algún lado caminé, había un sol radiante como
aquel que anuncia que va a ser un buen día.
Y tracé
el camino, allí me detuve, todo empezó bien, pero de repente algo brotó de la
tierra, y empezaron a salir seres, de donde no te imaginas, de donde no hay
goce, pero de donde el dolor de tu corazón conoce. Fue extraño, me sentí atrapada y veía lo que
sus ojos querían decirme, miré y lo vi, pero pensé que lastimosamente todo es
como debe ser, nada falta, nada sobra, así es porque todo es una consecuencia,
hay una serie de eslabones, cada uno importante a su modo, que forman una
cadena infinita donde todos y todo está conectado, por eso, lo vi y miré lo que
sus ojos querían decirme.
Siguió
el día, porque nunca se detiene, nunca te espera, pero él está calmo, el
inquieto eres tú, soy yo, el avión que vuela en el cielo que no ves pero
escuchas, es ese todo presente que obvias por continuar, en eso, en aquello, en
esto, otra vez. Siguió el día, porque nunca se detiene, y las nubes se tornaron
grises, al sol le tocó su hora de descanso, y yo me quedé caminando, buscándolas,
hasta llegar de nuevo a algún lado, y vi, ya habían pasado, quise apresurarme
para llegar a verlas, y no pude, no quise, mejor dicho, porque quería disfrutar
del camino, entonces no llegué a tiempo, cuando llegué se habían ido, sólo
quedaban los charquitos, que yo miré, pero fue bueno, no creas, si lo fue,
porque me asomé y vi algo en ellos, algo que no veía hace tiempo, me vi en el
charquito y fue mi espejo, fue amable, me devolvió la imagen y pude mirarme.
Fue
importante lo que hicieron por mí, como sabían que no llegaría a tiempo para
verlas una por una, prefirieron juntarse en un lugar donde pudiera verlas
unidas, y el sol, tardó en salir, para no llevárselas pronto y yo pudiera, eso
mismo, mirarme de nuevo, es bueno, de vez en cuando encontrarse otra vez.
bellísimo! me encantó
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