Amo
muchas cosas aunque odie los domingos, te digo, cuando quieras, pero no los
domingos.
Amo tu
sonrisa confundida cuando te reprocho algo, aunque por una cosa que te reproche
tengo nueve más por las cuales agradecerte.
Amo los
atardeceres, aunque sean tristes, ¿qué quieres que te diga?, amo al sol cuando se
va, porque todo lo que amé desenfrenadamente se fue.
Amo a
esas ochenta y ocho teclas, aunque no tenga más nada que decir acerca de ellas.
Amo el valor de ser mujer, aunque pague un precio alto, nada es suficientemente caro por ese privilegio.
Amo escribir, aunque sea por necesidad de repercusión y trascendencia.
Amo,
porque es el motor, de eso que llaman tan complicadamente vida.
Amor tan sublime e indescriptible, fue descrito sublimemente.
ResponderEliminar